jueves, octubre 18, 2007

Crónica de un chapuzón anticipado

No comencé bien el día. El despertador sonó pero mi cerebro solo se inició para apagar el móvil y seguir durmiendo, 6.45 pm. Media hora después de alguna forma mi cuerpo decidió que ya estaba suficentmente descansado, en ese momento me levanté con la tranquilidad suficiente como para.. mierda llegó tarde!


Primer Asalto

Empieza la carrera, yo contra el tiempo en una lucha que dificilmente ganaría. Me visto lo más rápido que puedo aunque sigo dormido y creo recordar que mis movimientos fueron especialmente torpes. Cojo el cepillo me lavó los dientes y la cara, salgo del lavabo con cara de zombie aunque un poquito más despierto. Preparo las cosas para la uni (estrategicamente esparcidas sobre la mesa) y voy a ponerme los bambas (¿wambas?) para salir corriendo a coger el bus.

Pero hoy la suerte me está dando bien por el culo. No encuentro calcetines del mismo color, la jodida ley de Murphy aplicada a los pares de calcetines. Al fin, salgo de casa y cojo el ascensor intentando no dormirme mientras dura el trayecto.

Parece llover, salgo a la calle y... me cago en todo, está cayendo el diluvio universal. Así que, como un imbécil, vuelvo a subir y después de buscar(y no encontrar) el paraguas bajó corriendo. El autobús no llega, de todas formas he conseguido ganarle la partida al tiempo.


Segundo Asalto

Las calles están llenas de agua, lo suficiente como para hacer que todo el tráfico vaya más lento de lo que ya va en un dia normal a las 8 de la mañana. Salgo del bus y sorpresa, llueve aún más. Parece ser que tendré que luchar también contra un puto maremoto, aún así y con una visión bastante pésima consigo refugiarme en la parada del tranvía (dios bendiga las paradas con techo).

En eso que llega el tranvía, me bajo y me dirijo hacia el primer semáforo. Casualidades de la vida en el trayecto hasta éste, un coche que iba a toda mierda por diagonal me baña y me deja los pantalones chorreando. Después de acordarme de su madre en varias ocasiones cruzo el paso de cebra.


Tercer Asalto

Cuando parecía tener controlada la situación llega la tercera y última embestida de la lluvia. Como si todo esto no fuera complicado, tengo 5 minutos (se conviertiron en 10) de cuesta arriba hasta llegar a clase. La lluvia me viene de cara y por debajo de las piernas lucho contra tres dedos de agua con la suficiente mala leche como para mojarme hasta la epidermis. Me rió yo del que inventó el zapato Geox, el zapato que respira...

Finalmente llego a clase, no sin deja un rastro de agua y pasarme 15 minutos flipando de lo mojado que estoy y cagandome en todo. Solo llevo una camiseta encima.



Crónica de un chapuzón anticipado es una historia real y jodida como la vida misma.

 
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