Hace unos meses salió a la venta el último libro de Harry Potter. Desgraciadamente no es algo de lo que pueda hablar dado que
dejé de leerlos a partir del tercer libro cuando vi que se hacian demasiado extensos (por es que esa mujer no tiene medidas??). Como ya os comenté hace algunas entradas existe
un nuevo colaborador que merodea por aquí de vez en cuando, él en su contenedor ha tenido tiempo y ganas de leerlos todos. A continuación su reflexión:
Quien no conozca a la celebridad del mundo mágico de Harry Potter, la cual ha liberado a su plagiadora creadora (J.K. Rowling) de triviales preocupaciones como la de pagar una hipoteca o trabajar a jornada completa para conseguir llegar a fin de semana, merece ser presa de 3 encantamientos aturdidores: atacado por un dementor, presa de una Maldición Imperdonable y objetivo del mismísimo Señor Tenebroso.
Primera pelicula, son todos pobres
Así es, los que hemos crecido junto al joven Potter siempre recordaremos con cariño y devoción las 6 entregas que nos han descrito sus ególatras aventuras y nos hacían envidiarle en silencio. ¿Qué? ¿que son siete entregas? Si eres tú, querido lector, uno de esos harryputtientes incultos que defienden esa teoría me temo que no me queda más remedio que posicionarme contra ti y hacerte la vida imposible, cual tertuliano de la prensa rosa. Y es que no existe final más trivial, mediocre e infantil para una saga caracterizada por una trama ágil e imaginativa que el expuesto en el séptimo libro.
Obviamente todos habíamos hecho la predicción de que Lord Voldemort alacanzaría la cúspide de su poder en la última entrega de la saga... ¿Pero alguien se esperaba que lo hiciera de forma tan fácil y casi sin ensangrentarse las manos? En comparación con el Ministerio de Magia podemos afirmar que España cuenta con una gran y organizada política antiterrorista, cosa que me aflige desmesuradamente porque es bien sabido que dicha política cuenta con más asuntos sucios sotovocce que las investigaciones de Mulder y Scally. Pues bien, parece que J.K. no tuvo bastante riéndose de nosotros con el utópico "golpe de estado" de los mortífagos por lo que decidió deleitarnos con un final insípido y feliz sin apenas sacrificios imprevistos y en el que en el epílogo tanto los buenos como los malos se hacen amigos y llevan a sus hijos todos juntos al colegio.
Última pelicula, son todos ricos
¿Pero qué broma es ésta? ¿Dónde está la sangre, el sufrimiento, la dualidad bueno/malo, feliz/desgraciado... el sabor agridulce de la victoria y todos esos valores que Dumbledore, Dios le tenga en su gloria, intentó enseñar al joven Harry?
Parece ser que Rowling se olvidó que igual que Harry, nosotros también nos hacemos mayores.
Por Álex, el chico del contenedor